Los azules con que Juan Garcés envuelve sus anotaciones marinas son azules de misteriosa profundidad, de veladas transparencias
submarinas (...) Es una pintura sosegada, pero no para el sosiego adormecido, porque en cada una de sus obras propone una inagotable sucesión de sugestiones, de sensaciones, de visiones. Evidentemente, sumirse en el orbe pictórico de Garcés es como cambiar de mundo (Victoriano Cremer)